'El extraño', porque si alguien tiene que romperte la mente, que sea un surcoreano.
Na Hong-jin ya se había ganado el cielo cuando estrenó 'The Chaser', un thriller de asesinos en serie que, junto a 'Oldboy' y 'Encontré al diablo', nos obligaron a no perder de vista al país asiático. Tras la también potente 'The Yellow Sea', han pasado cinco años sin que supiéramos nada del director y, la verdad, ha merecido la pena.
Todo empieza con aires de comedia negra costumbrista, donde los inexplicables asesinatos de un pequeño villorrio no son más que la excusa para que nos riamos de un torpón policía. Poco a poco, el espectador va descubriendo junto al apocado protagonista la seriedad del caso y, sin cambios bruscos, todo se convierte en una de trama tan oscura, enrarecida y retorcida como cabría esperar de un acertado relato de género.
Rituales, religiones, demonios y engaños se mezclan en un pequeño pueblo de montaña que te atrapará para siempre. Hace un mes que la vi por primera vez y aun sigo dentro.
Tenía que ser la demostración de que Denis Villeneuvepuede moverse en la ciencia ficción antes de entregarnos 'Blade Runner 2049' y, además de lograrlo, se ha sacado de la manga una de las películas de ciencia ficción más interesantes de los últimos años.
Enigmática, grande y, de algún modo, simple, 'La llegada' juega con su concepto a través de una fotografía fría y poderosa, perfeccionando una ambientación con la que el director no deja de asombrarnos. El diseño de sonido y la sublime banda sonora de Jóhann Jóhannsson, con unos coros que recuerdan a los de Shôji Yamashiro para 'Akira', ayudan a Villeneuve a crear ese espacio tan propio que parece funcionar en los blockbuster como si fuese idea de un Estudio.
Amy Adams, por su parte, nos recuerda por qué creíamos que era buena actriz. No es que fuese mejor cuando tocaba en garitos pequeños, pero más o menos. Aquí consigue quedarse con la película gracias a un trabajo de contención y estilo digno de aplauso.
Una llegada de extraterrestres soberbia, que aborda los problemas de comunicación como ninguna lo había hecho antes y, de regalo, se permite el lujo de hablar de la maternidad, el tiempo no lineal y algún que otro subtexto que remata la película con un giro final algo Nolan que, aunque se lo podían haber ahorrado, hará las delicias de los seguidores de la versión famosa del canadiense. Y es que si el de 'Interstellar' hace cine comercial con elementos que engatusan a parte de la crítica, ¿no es Villeneuve el que mejor hace cine para críticos que puede convencer al gran público?
A ver ahora cómo logramos llegar al 6 de octubre sin que las expectativas se vayan más allá de Orión...
Puede no ser de lo mejor de Hirokazu Koreeda, pero sigue siendo de Koreeda y eso es más del doble de lo que la mitad merecéis.
Un relato sencillo sobre un perdedor que hace lo que puede por tirar día a día y recuperar el cariño de su hijo, su ex, su hermana y su madre. El problema es que el gran personaje de la película es la abuela de la familia, una auténtica roba planos que nos recuerda por qué no hay nadie como el director para contarnos cómo es el Japón actual de puertas para adentro. No es que todo se venga abajo cuando ella no está en pantalla, pero si la trama sobre las dotes detectivescas del padre pasase a ser una mera anécdota y decidiese centrarse del todo en la matriarca, el resultado sería aun más disfrutable.
Un placer para amantes del tranquilo cine japonés en general, y para acólitos del realizador en particular. Y como enamorado de su cultura, os remito este artículo que escribí en Fotogramas con el que me quedé bien a gusto: 'Japón, siglo XXI: 20 directores fundamentales de su cine contemporáneo'.
Esta es la película con la que Adam Wingard iba a poner el género patas arriba, una vuelta a la historia que lo cambió todo con nuevas ideas y terror del bueno. A la media hora sabes que algo va mal y, cuando empiezan los sustos, descubres el despiadado amargor de las mentiras promocionales.
Esto no es sino una repetición de todos los motivos por los que hemos terminado huyendo del found footage desde aquella embriagadora 'El proyecto de la bruja de Blair' (Daniel Myrick, Eduardo Sánchez, 1999), encontrando honrosas excepciones cada demasiado tiempo.
Ya sea porque apetecía volver al bosque, o porque los acólitos deWingard están deseando demostrar a todos que su ídolo es tan bueno como creen, los asistentes al reciente Festival de Sitges acudimos en masa a las funciones de esta secuela, que bien podría llamarse remake, y salimos de la sala cabizbajos, como sabiendo que nos habían timado one more time..
Chicos perdidos en el bosque, misterios tras los árboles y lloros a cámara, todo esto sazonado por una colección de insoportables subidas de volumen tan predecibles como desagradables. Lo peor del género para llegar a un clímax final que está a punto de ofrecer algo nuevo y no, al final tampoco lo hace. Una pena.
El rotundo éxito comercial de 'Ouija' (Stiles White, 2014), obligaba a Hasbro y Blumhouse Productions a sacar secuela, el problema es que su infecta calidad hacía impensable la hazaña, por lo que se sacaron de la manga un nuevo invento al que llamaremos "nocuela": secuela de una película tan mala que disfrazan de secuela y desechan cualquier conexión con la original.
A efectos prácticos, esto viene a ser una nueva franquicia con la tabla de contacto con los muertos como protagonista del título, que no de la trama.
Y es que si bien Mike Flanagan ha logrado rodar un producto mucho más pasable que el anterior, lo ha hecho a costa de meter a capón el elemento obligado en una trama que ya debía tener escrita. Las protagonistas se olvidan de la tabla a mitad de la película y, como si hubiese venido un productor de Hasbro el último día de rodaje, vuelve a escena para absolutamente nada justo al final.
Durante toda la película hay secuencias que te hacen pensar que estas ante un buen título de terror, pero entre medias hay otras que hacen que todo eso se te pase. Una pena que el divertido tren de la bruja final tarde tanto en llegar y esté tan explicado. ¡Viva el misterio, joder!
Es complicado, eso lo entendemos todos. En Marvel están salvando los muebles hasta con sus apuestas más arriesgadas y esta, desde luego, lo era. Ya conocemos a la infantería pesada y a los entes de fuerzas sobrehumanas, ahora le tocaba el turno a los místicos, la tercera facción de defensa ante lo que está por llegar y la más complicada de plasmar en pantalla.
Para ello, han adornado la película con momentos visuales increíbles, jugando con figuras caleidoscópicas y referencias artísticas abstractas que obligan al espectador a disfrutar quiera o no. Luce tanto en sus batallas como en los viajes astrales, funcionales y bien diseñados.
La pena es que toda esta diversión y poderío visual se pierde, al menos hasta cierto punto, por lo marcado del camino de un héroe que, siendo de los más desconocidos por el gran público hasta ahora, cuenta con la película más previsible y monótona de la colección.
Cuando salió el primer trailer, aquel donde ya se veían edificios en posiciones imposibles, muchos gritaron al viento su parecido con 'Origen'. Lo curioso es que se confundieron pero poco, esto es otra peli de Nolan, esto es 'Batman Begins'.
Marvel ya tenía la suya, 'Iron Man', y por si fuese poco repitió con 'Ant-Man' la estructura básica de origen del héroe. ¿Era realmente necesario que el Hechicero Supremo perdiese su primera aventura en calcar lo ya conocido? Imaginad por un momento que esta película empezase con uno de los secundarios ya conocidos. Digamos que siguen sus propios guiños y, para que tenga algún sentido el que incluyeron en 'Thor', conocemos Stephen Strange mediante un secundario de la franquicia que le sigue los pasos. La Agente Romanoff, para que esto sea aun más atractivo, nota que el Doctor aparece y desaparece de un modo extraño, no logra realizar un seguimiento correcto y se acerca demasiado al objetivo. Descubre que está enfrentándose al villano de turno y poco a poco conocemos la mecánica y blablabla. Si quieren mostrar el accidente de coche, los entrenamiento y demás, pequeños flashback visuales bastarían y, el Anciano, seguiría siendo el mentor cuando fuese a pedir ayuda o algo por el estilo.
Nada de esto es sumamente novedoso, pero sí animaría un poco el cotarro de una película que, no siendo mala, nunca termina de convencer por culpa de la sensación de repetición, tanto estructural como de tono. Y es que mezcla de profundidad épica y comedia se les ha cortado esta vez por culpa de un humor tímido y forzado, logrando incluso que un tipo carismático como Benedict Cumberbatch, parezca una apática estrella que busca pasar el día rápido, imitando lo que ya sabe que funciona para terminar la jornada y llevárselo muerto.
Lo mejor de todo esto es que el personaje y el actor tienen tanto potencial que, pese a no haber empezado con la ruptura de normas que ambos merecían, aquí sigue habiendo material para hacernos vibrar en futuros encuentros.
Así queda pues el orden marvelita, un listado que solo alcanza la gloria en la cumbre pero con el que se puede pasar un buen ratito hasa con sus títulos menos inspirados.
'Yo, Daniel Blake', cuando te metes en las trampas para pasar un buen rato.
Llegó a San Sebastián como flamante ganadora de la Palma de Oro en Cannes, mérito necesario para llenar la sala de tipos con ganas de dar palos, y se fue el festival donostiarra con el Premio del Público.
Ken Loach no disimula a la hora de denunciar los errores del sistema inglés, pero rellena el dramático escenario con personajes sumamente positivos, logrando así edulcorar de manera efectiva el puñal que poco a poco nos va clavando.
Este método tiene un gran inconveniente y es que, todos son tan buena gente, que para crear conflicto necesita villanos absolutamente negativos. Los grises se difuminan en esta película donde la clase obrera el feliz pese a los palos y los funcionarios son, básicamente, el demonio.
El que pueda perdonar esto, entendiéndolo como una herramienta para contar un cuento sobre lo mal que están las cosas pero lo fundamental que es no rendirse, disfrutará de una preciosa y exagerada película.
A la salida, mientras limpiaba las gafas que el monstruo no había logrado empañar, oí cómo una chica se quejaba de la cantidad de títulos que había visto como este, al que calificaba como "una lista de topicazos". Llevaba tatuada la serpiente de 'El principito' en la nuca y vestía un moderno chandal de tactel. No hay más preguntas señoría.
Tras estrenarse con 'Stockholm', Rodrigo Sorogoyen se afianza como un director imprescindible con este thriller de asesino en serie en el Madrid de la visita del Papa Benedicto Equis Uve Palito.
Roberto ÁlamoyAntonio de la Torre, que no se pierde una de estas, son los soberbios policías que, pese a no cumplir como personas en el día a día, son fundamentales en un trabajo que quema por dentro.
Los lugares comunes en los que cae el guión no son si no muestras de que, de lo conocido, aun se puede sacar mucho jugo. La fotografía ayuda a pensar en cine de otros países, de los siempre atractivos casos norteamericanos a los imposibles trasfondos escandinavos, rematando en revanchas surcoreanas para que quede claro quienes han sido los reyes del género la última década y media.
Todo esto en nuestras calles, donde también podemos cruzarnos con la maldad y la bondad, siempre gris oscura.
'Hardcore Henry', lo que necesitábamos y, por cautela, no esperábamos.
¿Qué quería? Hora y media de acción desenfrenada en primera persona sin parones y con una excusa argumental divertida.
¿Qué ofrece? 96 minutos de tralla absoluta, filmada con un gusto y técnica intachables, que bailan sobre una divertida historieta de videojuego.
Ilya Naishuller, el ruso tras este proyecto financiado en parte por crowdfunding, la cagará cuando le den dinero en Estados Unidos y ruede allí su primer petardo pero, ahora mismo, solo puedo agradecer el buen rato que me ha hecho pasar y le adelanto mi agradecimiento por las veces que volveré a ver esta joya.
La mejor película de acción desde 'Redada asesina 2', lo más cerca que estaremos de ver en pantalla grande una gamberrada gloriosa como 'Far Cry 3: Blood Dragon'.
Si ya vimos los originales, ¿para qué queremos la reproducción? Ese es el gran problema de esta película en la que Oliver Stone, siempre metiendo el dedo en la llaga, ha decidido mostrarnos en imágenes lo que el propio Edward Snowden contaba a Laura Poitras en la imprescindible 'Citizenfour', llegando a recrear como hilo conductor las ya históricas sesiones en la habitación de un hotel de Hong Kong.
Stone sabe que tiene una historia necesaria, pero no estoy seguro de que haya sido capaz de demostrarlo del todo. Funciona por su mensaje mucho más que por su, a ratos, tontorrona puesta en escena.
Con un Joseph Gordon-Levitt brillante, hay que reconocer que la película la roba Nicolas Cage que, por lo que sea, pasaba por allí y rodó un par de planos.
Es solo la tercera película de J.A. Bayona y ya anda preparando la secuela de 'Jurassic World', ojo hasta dónde ha llegado el catalán con 'El orfanato', 'Lo imposible' y un puñado de videoclips.
Cierra su trilogía accidental sobre las relaciones maternofiliales y la muerte con una historia que no esconde su propósito en ningún momento: quiere que llores.
Agradezco que no disimule sus intenciones, desde el primer plano hasta el último se esfuerza en hacerte sentir algo en el estómago y empeñarte las gafas, pero la preparación es tan evidente que la absoluta falta de sorpresa me dejó mucho más entero de lo deseado.
Cada plano con monstruo es maravilloso, el metraje crece en sus historias dentro de historias. La pena es que cuando vuelven a la realidad y avanzan en la inexorable caída hacia un entierro, a mí me pierden.
Esta es una película que no puede ser, como casi todas las del glorioso grupito comandado por Evan Goldberg y Seth Rogen.
Este descarado 'Toy Story' de la comida, nos tenía a todos ganados desde el primer trailer pero, como ya nos conocemos, era lógico esperar lo peor una vez se llegase a la mitad de la película. Error.
No solo esquivan caer en un valle en el segundo acto, si no que logran una estructura mucho más interesante que la presentada en el avance y rematan con una barrabasada que puede ser lo más salvaje que he visto en una pantalla grande desde... ni idea.
Prohibido niños y adultos, esta película solo es apta para adultos niños. Los peques no deberían presenciar este despropósito hasta que puedan entender en toda su magnitud y, por su parte, los mayores estarán tan cegados por las palabrotas que serán incapaces vislumbrar el tortazo religioso que esconden sus improperios. Si estás en el luminoso sector intermedio, joder, vas a flipar fuerte.
El trailer lo dejaba claro, esto hubiese sido una gran película para Tim Burton en los 90. El problema es que ese director ya no existe, ahora hay uno un poco más vago que no pierde el tiempo revisando escenarios o mejorando el cuento.
La fuente no podía ser más interesante, ya que la película adapta un curioso proyecto firmado por Ransom Riggs que terminó convirtiéndose en bestseller. El autor coleccionaba fotografías antiguas, de esas en las que la gente rara vez sonríe y que suelen tener a Carmen Porter ocupada, lupa en mano. La intención de Riggs era publicar parte de su tesoro en un bonito álbum pero, tras una sugerencia de la editorial, decidió aportar también un argumento que hilase las instantáneas seleccionadas. Tras una buena temporada en la lista de los más vendidos del New York Times, y publicar una secuela, ahora ha tenido el honor de ser adaptado por Burton.
Como en 'Charlie y la fábrica de chocolate', el director sitúa la acción en un escenario mágico repleto de posibilidades para, de un modo u otro, volverlo repetitivo, simplón y, lo peor, aburrido. Todo huele a CGI, a pose y a desgana, nada termina de desarrollarse mientras el metraje avanza lentamente hasta un prometedor clímax final que una absurda música sin gancho arruina.
Una lástima para los que una vez soñamos con un tipo que no se preocupaba demasiado por dirigir bien, pero sí por mostrar un mundo cautivador y personal. Me temo que nada queda de eso salvo el nombre en grande y el fandom de la inercia.
Esto podría haberse quedado en un buen mediometraje, el problema es que no solo se alarga para llegar a un mínimo proyectable, si no que Jonás Trueba se regala y está cerca de llegar a las dos horas con un proyecto al que le sobra su último acto, tres canciones y alguna que otra anécdota.
Los culturets se fagocitan entre sí y, aunque intento unirme a todas las fiestas, cuando no estoy invitado soy demasiado tímido como para colarme. Esta la vi desde fuera, con algo de envidia al descubrir cómo disfrutan entre ellos, pero con cierta risilla floja al descubrir sus truquillos facilones.
Supongo que, por mucho que me esfuerce, soy su público, eso es todo.
Con 78 años, Paul Verhoeven es uno de los directores más jóvenes del momento. Si cualquier otro plantease una violación para jugar con la perversión y el humor negro, estaríamos hablando de un sobrao' que ha venido a llamar la atención pero, como ya conocemos al holandés, hay que aplaudir que siga tan maravillosamente loco y enfermo.
La otra gran joya de la película es Isabelle Huppert, protagonista de cada uno de los planos y perfecta conductora de situaciones de todo tipo. El modo en el que cuenta el relato de la infancia es un juego tan absolutamente macabro que resulta imposible que el espectador no se sienta a su lado, cohibido por lo que acaba de confesar una mujer con la que no esperaba tener ese grado de confianza.
Retorcida, suculenta, ácida y casi rota, 'Elle' crece aun más cuando abandonas el cine y ves las caras saliendo al exterior, como no terminando de entender que se pueda contar algo así.
Esta pequeña producción llegada desde Turquía, pretende homenajear esas pelis que alquilabas por su portada y que los coleccionistas persiguen y recolectan, más por su exterior que por su interior.
Relato de terror fantástico con bajada al infierno que intenta mucho más de lo que consigue. Can Evrenol dirige esta versión alargada de un corto que, seguramente, es más interesante.
La trama presenta a unos policías que llegan a una extraña mansión donde están de fiesta satánica, y ya está, tampoco hace falta nada más. El problema es que el relleno se nota, especialmente durante el inestable primer tercio.
Cuando llega la casquería, yo estaba ya un poco harto, no terminó de entrarme. Tampoco ayuda que el villano me recuerde a Carmen de Mairena.
Se vendía como la versión palomitera de la genialidad de Sturges, que a su vez era la versión apta para norteamericanos de la de Kurosawa, que en esencia era una gloriosa película de entretenimiento.
Algo debió salir mal por el camino porque, si las dos primigenias son absolutas maravillas en todos los aspectos, la de Antoine Fuqua resulta una repetición tontorrona y algo tramposa de la versión desértica de la trama.
Terriblemente perezosa en el diseño de personajes, sus descuidos técnicos hacen que ni las escenas de acción sean plenamente disfrutables. Una lástima que lo que debería haber sido un festín de buen western multisalas, sea una chorradita a olvidar en unos días.
El mejor remake de todo esto sigue siendo 'Bichos'.
Otra encantadora película de Stephen Frears. Tras alcanzar la cima con 'Alta fidelidad' el inglés se acomodó, pero lo cierto es que no ha parado de dirigir con elegancia historietas entretenidas, siempre recomendables y fáciles de degustar.
Esta recreación de las excentricidades de una desafinada y adinerada melómana, es pura comedia con corazón de principio a fin. Puede que solo tenga un chiste, pero funciona cada vez que se repite.
Meryl Streep, Hugh Grant y Simon Helberg forman un genial trío protagonista donde, una vez más, Streep ofrece una colección de momentos que hacen valer su puesto en toda entrega de premios conocida.
Nueva película de Alberto Rodríguez tras 'La isla mínima', la complicada continuación de una carrera tras un título que marcará su filmografía para siempre.
Una trama de chantajes y engaños centrada en la fuga de Luis Roldán y la implicación de Francisco Paesa, un escurridizo agente a sueldo del Estado al que interpreta Eduard Fernández.
Pese a sumergirse en un complicado valle en la mitad del metraje, logra un primer tercio de esos que habrá que poner de ejemplo en el futuro. Duro y a la encía, presenta a sus protagonistas con un gusto y efectividad exquisitos.
Cuando descubres la trampa del verdadero protagonista, todo encaya durante un rato, pero la remontada final vuelve a dar alas a un thriller de mangantes excelentemente dirigido.
Nuevo juego ganador de Pablo Larraín. No busca la perfección del puzzle de 'No', ni el golpe al estómago de 'El club', sino la fascinación a través de la imagen sobre un tipo que las creaba con palabras.
El chileno se atreve a volver loco al espectador con una realidad voluble, imaginada siempre antes de despertarse y rematada con un clímax final en la nieve que adquiere sobriedad formal para alcanzar la cumbre.
Café para muy cafeteros, pero qué buen rato hemos echado.
Encantador cuento escrito y dirigido por Matt Ross, un cineasta de estos que se suele mover entre las sombras y que muchos conocemos por haber interpretado al sibilino Luis Carruthers en 'American Psycho'.
Viggo Mortensen comanda a un sexteto de niños y adolescentes formando una familia peculiar y encantadora. Hasta cuando la película es más dura con ellos, continúan siendo el grupo de héroes perfectos al mando de su capitán.
La trama no se molesta en defender ninguna postura, simplemente juega con la idea de la educación salvaje dentro de la ficción, optando por acrecentar su neutralidad con píldoras negativas aquí y allá que deberían calmar a los que quieran molestarse.
A medio camino entre 'Pequeña Miss Sunshine' y 'Hacia rutas salvajes', su conseguido diseño de producción y una genial dirección de sus protagonistas, convierten a este título en un nuevo cuento norteamericano que recomendar sin rubor.
Como tuve la suerte de entrevistar para Fotogramas a Matt Ross y a Viggo Mortensen, y como soy muy generoso y quiero vacilar de ello, aquí la dejo. Sí, pregunto sobre 'American Psycho' a uno y sobre Aragorn y Alatriste al otro. Es lo que hay.
'Morgan', la rebelión de las máquinas, one more time.
Si esta película la firmase un tipo desconocido hace dos años, estaríamos hablando de un productor muy diferente. Es interesante, está bien hecha y, aunque sus trucos son fáciles de descifrar demasiado pronto, el paseo es agradable.
Por otra parte, en 2015 se estrenó 'Ex Machina', una cinta con una premisa demasiado similar, que sí que era una humilde producción de género y que estaba algo mejor rematada.
Para rematar esto os dejo la entrevista publicada en Fotogramas en la que entrevisté al director. No lo pude evitar y le metí una pregunta de 'Blade Runner', qué esperabais.
Hasta aquí la cuadragésimo novena edición Festival Interacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, Sitges para los colegas, #Sitges2016 para los internautas.
Este año ha estado marcado por la abundancia de cine asiático, las sorpresivas lluvias torrenciales y la embriagadora presencia de Bruce Campbell que, no lo vamos a negar, se hizo con todo el festival en cada una de sus apariciones.
En cuanto al palmarés, esa pieza obligada aunque generalmente prescindible, la polémica ha sido casi inexistente. Un año bastante comedidos, con mayoría de vencedores merecidos y con pocas sorpresas desafortunadas.
- MEJOR PELÍCULA NOVES VISIONS ONE - 'Under the Shadow'
Mención especial a 'Prevenge'
Noves Visions PLUS
- MEJOR PELÍCULA NOVES VISIONS PLUS - 'A Dragon Arrives'
Mención especial a 'Are We Not Cats'
- MEJOR CORTOMETRAJE - 'La femme et le TGV'
Panorama Fantàstic
- MEJOR PELÍCULA PANORAMA FANTÀSTIC - 'I Am Not a Serial Killer'
Òrbita
- MEJOR PELÍCULA ÒRBITA - 'Lo chiamavano Jeeg Robot'
Focus Àsia
- MEJOR PELÍCULA FOCUS ÀSIA - 'El extraño'
Mención especial a 'Dearest Sister: Nong Hak'
Anima't
- MEJOR PELÍCULA ANIMA'T - 'Your Name'
- MEJOR CORTOMETRAJE - 'Darrel'
Midnight X-Treme
- MEJOR PELÍCULA MIDNIGHT X-TREME - 'It Stains the Sands Red'
Brigadoon
- MEJOR CORTOMETRAJE - 'Arcana'
Méliès d'Argent
- MEJOR PELÍCULA EUROPEA SOFC 49 - 'Crudo'
- MEJOR CORTOMETRAJE EUROPEO SOFC 49 - 'Dawn of the Deaf'
Blood Window
- MEJOR PELÍCULA BLOOD WINDOW - '1974'
SGAE Nova Autoria
- MEJOR GUION - Miguel Casanova y Damià Serra Cauchetiez por 'En la azotea'
- MEJOR DIRECCIÓN - Violeta Blasco, Germán Andrés López, Carlotta Napolitano, Angélica Sánchez y Claudia Zegarra por 'Cabeza de Orquídea'
- MEJOR MÚSICA ORIGINAL - Jan Fité por 'Roger'
- PREMIO IV LABORATORI D'ESCRIPTURA DE GUIÓ CINEMATOGRÀFIC - Carla Guimarães por 'Los invitados'
El premio a 'Swiss Army Man' como mejor película, y a Daniel Radcliffe como mejor actor, es un aplauso a la valentía de hacer un producto tan loco y, de ya que estamos, un repaso a todos esos que abandonaron la sala indignados en Sundance. Demostrar que Sitges sigue siendo diferente siempre es importante.
El premio del público recayendo en la bellísima 'La doncella (The Handmaiden)' es otro acierto. Es verdad que no pega en absoluto con el festival, pero le debemos tanto a Park Chan-wook que no pasa nada, se le da el premio especial del jurado a 'La autopsia de Jane Doe', una enorme película pequeña de género, y todos contentos.
'El extraño', la película que me rompió del todo, se ha llevado el de fotografía y el de mejor película asiática, mientras que 'Your Name' se lleva el de animación. Con eso yo también me doy por satisfecho.
Pero dejemos de repasar nada y vamos con una fotito guapa del orden bueno: el mío. Estas son las pelis que he visto ordenadas de "Glory Bendit" a "Qué mierdas hago yo viendo esto si no me pagan por ello".
Y hasta aquí mi cobertura. Un placer placer haber vivido una semana de locura como esta de nuevo, llena de pelis locas, sueños entre butacas y huecos reservados cerca de Pumares para disfrutar de sus exabruptos. Hubo risas, no hubo llantos y hasta celebramos un cumpleaños del que creo que nunca pagué la tarta. Hice una entrevista a Bruce Campbell, otra al legendario Christopher Walken, y asistí a una masterclass de Rob Zombie. Son tantos los recuerdos que es una pena que los vaya a olvidar en cuanto me meta en la cama y asimile todas esas horas de continuo duermevela.
Ya queda menos para el Festival del año que viene que empezará el jueves 5 de octubre, un día antes del estreno de 'Blade Runner 2049'. Ay, como lágrimas en la lluvia...
¡Y nueve! Aquí ya está to' el pescao' vendido, el palmarés se conoce desde por la mañana y los cobardes, o la gente con vida, empiezan a desaparecer de la ciudad. Pero hay unos valientes, unos irreductibles cinéfagos que lucharán en su sueño de llegar vivos a la maratón del último día. ¿Lograrán resistir la embestida de los bajones de Monster? ¿Serán capaces de no tumbarse tras las butacas del Auditori como si fuese un polideportivo habilitado para los afectados de un tsunami? Eh, ¡por quién nos habéis tomado!
'De Palma', el regalo perfecto para los entusiastas del realizador. Y es que estamos ante hora y cincuenta minutos de Brian De Palma repasando uno a uno todos los títulos que ha dirigido.
Instructivo y lleno de material que harán salivar a los aficionados, permite ver cómo ha ido cambiando el modelo hollywoodiense, los trucos que aquel grupo de descerebrados usaron para saltarse las normas de la industria y cómo, de algún modo, volvieron a ser fagocitados.
Ideal para apuntar títulos perdidos del director y obligar a cerrar ansias completistas, dan ganas de obligar a Noah Baumbach y Jake Paltrow, responsables de este título, a que convierta esto en el primero de una serie. Esta primera temporada temática debería cerrar con los colegas, ojalá comprarse la pentalogía 'De Palma', 'Scorsese', 'Spielberg', 'Coppola', 'Lucas'.
'Callback' fue la elegida como película sorpresa en Tramuntana y, como ya vi en San Sebastián cómo 'La llegada' se comía a toda una semana de cine, decidí no repetir top de festival y quedar a ver qué era esto.
Dirigida por Carles Torras, ganó el premio a mejor película guión y protagonista en el pasado Festival de Málaga. Cuenta una historia simple y acertada sobre un gris perdedor que termina descubriendose mucho más oscuro.
El problema de una apuesta así, es que su ligero brillo no dura fuera del marco festivalero y su recuerdo es más bien efímero.
"Como documental muy bonito, pero no es una película", decían muchos de los que se metieron a ver el famoso título por la publi, y salieron por patas cuando a la media hora no estaban entendiendo nada. Pues aquí está, vuestro documental.
Un viaje por el universo que se centra en la Tierra y su existencia, especialmente la de los seres más o menos racionales, a través de imágenes maravillosas mecidas por la voz de Cate Blanchett.
Una experiencia embaucadora pero que no termina de sorprender como los 'Qatsi' o 'Baraka', y que no instruye como 'Cosmos'. Un remanso de paz y belleza, y a seguir.
'The Stakelander' es la secuela de 'Stake Land', una película que no he visto pero que, según el agradable Doctor que tenía a mi lado, no estaba mal. Si me metí en esta es porque era la primera de la maratón nocturna del último día y, si no entras al principio, no entras.
Así que ahí estaba, preparado para lo que sea hasta que, a los veinte minutos, descubrí que me rodeaban dos entes durmientes. La trama no avanzaba, ni vampiros postapocalípticos ni nada, solo planos largos de desesperación presupuestaria intentando hacer algo muy profundo.
Y poco más puedo decir porque, aunque lo intentaba, mi cerebro estaba más ocupado pensando en los planes del día siguiente, en si llovería de vuelta al hogar o incluso en echarse un sueñecito. Fue duro, no lo vamos a negar.
'Yoga Hosers', dos chicas, la edad del pavo y pequeños hombres salchicha nazis. TF lol.
¿Qué es exactamente esta película? Creo que es una divertida cinta casera que un aficionado ha rodado con su familia y la del vecino. El hombre intenta pasar un buen rato junto a su hija y la mejor amiga de esta y, como sabe más o menos de qué va el tema, rodar una historieta divertida parece el mejor plan. El problema es que el padre es Kevin Smith, el vecino es Johnny Depp y, en vez de hacer un pase especial en su casa y guardarlo de recuerdo, lo estamos viendo todos.
Pese a ser un producto de consumo personal podría haberlo hecho mejor, vale, pero estoy tan a favor de que exista alguien como Smith, capaz de hacerle esto a su carrera, sabiendo la que le iba a caer, especialmente tras haber logrado que algunos volviesen al rebaño con 'Red State', que solo puedo aplaudir. Además, Harley Quinn Smith y Lily-Rose Depp están estupendas.
Digo sí a esta infamia, como dije que sí a 'Tusk' y diré que sí a la que cerrará la trilogía de los locos relatos canadienses: 'Moose Jaws', una historia que promete ser como 'Tiburón' pero con un alce. #walrusyes #wundebar #thanks
'The Mermaid' (Mei ren yu) fue la guinda loca por obra y gracia de Stephen Chow que puso cierre a la noche y, por desgracia, a la semana.
El genio tras esa bendita joya que es 'Kung Fu Sion', excepción obligada cuando se discute sobre las desventajas del doblaje, se ha sacado de la manga una historia sobre una sirena que se enamora del magnate al que tiene que matar para que no destruya el ecosistema de su pueblo.
Rápida, disparatada y con aciertos de diseño que escapan a la lógica, como el mejor hombre pulpo que se ha visto en cines, el bueno de Chow ha vuelto a hacerme reír muy fuerte.
