Paco León es ya un imprescindible de nuestro cine. Ni suerte ni casualidad, lleva tres aciertos seguidos, con marcas pero sin repetición. Eso sólo puede significar algo: es un autor.
'Carmina o revienta.' era complicada porque en ese momento no era más que un cómico de la tele, el gracioso al que todos conocían por personajes desnortados que ahora se ponía a dirigir. Lo que consiguió con su madre y su hermana es una maravilla.
'Carmina y amén.' volvía a ser un reto. Tenía que demostrar que lo de la primera vez fue gracias a él y, como buena secuela, gustar sin caer en el truco fácil de volver a montar las estructuras que funcionaron en aquella. El mundo de Carmina estaba ahí, pero en cada escena quedaba claro todo lo que se había aprendido.
'KIKI, el amor se hace' era una nueva prueba. Un remake de una pequeña comedia que nadie conoce, llegado como un encargo pero transformado en algo nuevo. 'The Little Death', la película en la que se basa, está presente en el argumento, pero desaparece en todo lo demás.
El uso de la música, los escenarios caseros pero cuidados al milímetro y la absoluta naturalidad de todo intérprete presente, vuelven a ser sus señas de identidad. León es una versión española de Wes Anderson, un autor de la tierra que huele a cocina andaluza y a callejón madrileño. Qué gusto saber que tenemos otro nombre del que esperar ansiosos nuevos trabajos.
Y ya que estamos, os cuelo la entrevista que hice para Fotogramas.es.
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