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Enigmática, grande y, de algún modo, simple, 'La llegada' juega con su concepto a través de una fotografía fría y poderosa, una banda sonora y diseño de sonido a juego y una interpretación de Amy Adams que nos recuerda por qué la creíamos buena actriz.
Una llegada de extraterrestres soberbia, que aborda los problemas de comunicación como ninguna lo había hecho antes y, de regalo, se permite el lujo de hablar de la maternidad, el tiempo no lineal y algún que otro subtexto que irá saliendo a la luz tras futuros visionados.
¿Cómo vamos a hacer ahora para ir con cuidado ante el siguiente estreno de Villeneuve?
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El problema es que la esperanza de que esto sea más que un culebronesco telefilm desaparece casi desde su inicio. Aunque su factura intenta esconderlo a ratos, en cuanto la estructura de drama personal por capítulos sale a flote resulta insumergible.
Tras hora y cuarto empecé a mirar el reloj algo desesperado, sabiendo que los cuarenta y cinco minutos restantes no serían más que un abotargado muro entre mi persona y los prometidos pintxos de despedida. Pero aguanté, que aun tengo un blog y no soy una de esas viejas glorias a las que les quema la butaca tras el segundo arco.
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A esta peli la pones por las nubes,¿tan interesante es? saludos.
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