Ya nos vale, ha tenido que llegar Jordan Peele, la mitad del programa ‘Key & Peele’, a rodar la película de terror del año. Es más, ha tenido que ser un cómico el que muestre por primera vez los terrores del nuevo racismo buenrollista, aquellos que votaron a un tipo moreno y, por lo que sea, ahora no ven con malos ojos el bando naranja. No al menos en la intimidad
Para que todo sea aun más sorprendente, es la primera película de Peele, algo que se nota únicamente en la humildad de la propuesta pero que no ha supuesto ningún problema a la hora de medir tiempos, crear tensión y conseguir alivios cómicos que funcionan milimétricamente.
Una película que te mantendrá durante hora y media como al tipo de su cartel, una recomendación eterna.
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