Grupo de música, surrealismo onírico y pobreza imaginativa, el serbio está en su salsa.
Emir Kusturica nos cuenta la historia de un lechero que cada día atraviesa una zona en guerra para llevar mercancía a los soldados. Una lugareña enamorada, una misteriosa novia, un reloj que come manos y una serpiente que salva vidas, son solo algunos de los ingredientes de esta fábula sobre imposibles que están al alcance de la mano.
Recargado pero sin pasarse, el realizador vuelve a alegrar a su público y convencerá a más de un rezagado. De regalo, nos recuerda a todos por qué Monica Bellucci debería seguir en nuestros corazones.
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