Debido a la prácticamente inexistente campaña promocional, y a sus aplaudidos pases en horarios humildes de diversos festivales de género, ‘I Am Not a Serial Killer’ es una de esas películas de las que solo se habla en bajito en círculos más bien pequeños. Gracias a esto, cuando te topas con esta pequeña joya de Billy O'Brien, la sorpresa en aun mayor.
Con Max Records como protagonista y Christopher Lloyd de sublime secundario (que no cameo), nos cuenta el relato de un apocado chico del Medio Oeste norteamericano que no quiere convertirse en un cliché con patas, como la película en sí misma. Por suerte, ambos lo logran.
Pequeña, estilosa y con sorpresa, será un placer para todo aquel que la descubra sin saber nada de ella. Tú, que ya has leído esto, te sorprenderás menos. Perdón.
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